“La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne es una novela compleja para niños menores de 10 años, generalmente. Aún así encuentro que es un trabajo interesante hablarles sobre este libro al igual que contarles las aventuras por las que pasa el personaje de Fhileas Fogg en tan gran viaje.
Los niños describen mediante sus grafismos y creaciones plásticas aquello que conocen del mundo, así que, es muy estimulante enseñarles medios de transporte diferentes con el objetivo de que posean un mayor conocimiento de los vehículos que podrían utilizar para desplazarse en determinados medios o paisajes.
Casi de forma natural (y digo casi porque yo les guío sutilmente hacia ello mediante preguntas o sugerencias) se dan cuenta de que no pueden usar un solo medio de transporte para volar y para ir bajo el mar o por el desierto, cada uno tiene unas características particulares para moverse por determinados sitios.
Un ejercicio plástico muy motivante para ellos es realizar, diseñar, inventar un vehículo que les permita viajar por aquellos sitios que les gustaría.
Aviones que se sumergen en el agua, trenes —para poder viajar con mucha gente— que tienen alas e incluso atraviesan la tierra para llegar antes al otro extremo del globo, coches con patas de elefante…
En el taller de Julio Verne que realicé en UBIKcafé de Valencia los niños crearon, además, unas bolas del mundo colgantes donde inventaron países para viajar con su medio de transporte creado previamente.
Hay muchas formas de trabajar a nivel plástico la literatura. Se puede fomentar el interés por los libros mediante una aplicación plástica y creativa, o bien, utilizar los cuentos y libros como recurso para desarrollar la imaginación. Dependerá de en qué lugar coloques los objetivos de desarrollo del niño.